ayres de jazz

El nombre, de claras resonancias piazzollianas, tiene su sentido. El jazz es, ante todo, libertad, mestizaje cultural y elogio de la diversidad. Ayres de Jazz es un pequeño velero que se desplaza en el oceano ciberespacial guiado por la curiosidad con el anhelo de comprender lo que esta sucediendo. Eso es todo.

Wednesday, April 26, 2006

China amenaza a Taiwan

Los ideogramas de la guerra y la paz
Por Eduardo Basz
Si China continental parece estar predestinada a emerger como la gran potencia del siglo XXI, hay algo que se cree en la obligación de resolver, tal vez, de la peor manera.
Después de haberse engullido al Tíbet y a Hong-Kong, a la 'nomenklatura' de Beijing le queda por resolver el asunto siempre pendiente de la pequeña "provincia rebelde" de Taiwán.
Actualmente, hay 500 misiles apuntando a la isla y dentro de un año serán 600.
En coincidencia con las elecciones presidenciales del 20 de marzo, Chen Shui-bian (actual jefe de Estado, por el independentista Partido Democrático Progresista) convocó, por primera vez, a un referéndum para reforzar la capacidad política y disuasiva de Taipei.
Sus palabras fueron muy claras: "Debemos recordarle al mundo que China continental está empeñada en cambiar el estatu quo del Estrecho de Taiwán".
Para decirlo con toda crudeza: el sentido del referéndum es llamar la atención y, más concretamente, pedir a Washington que le venda misiles Patriot.
Sólo con esta fuerza disuasiva, suponen los taiwaneses, podrá evitarse lo peor y, eventualmente, establecer relaciones más o menos "normales" con el gigante continental. Según el presidente Chen, después del 20 de marzo, "invitaremos a China continental a nombrar un enviado especial para que se reúna y trabaje con su homólogo de nuestro país, para iniciar las negociaciones bilaterales entre los dos lados del Estrecho".
La convocatoria al referéndum en un principio irritó no sólo a Beijing, sino también a Tokio y Washington porque, supuestamente, se estaban deslizando hacia la declaración de la independencia.
Aunque no llega a decirlo con todas las letras, el referéndum establece un principio para las relaciones entre dos estados, tanto en lo militar como en lo político.
La propuesta se reduce a dos preguntas.
La primera: "El pueblo de Taiwán insiste en que el problema del Estrecho de Taiwán debe ser solucionado de manera pacífica. ¿Está usted de acuerdo con que el gobierno adquiera más sistemas avanzados de defensa contra misiles para reforzar la capacidad de autodefensa de Taiwán, si China continental se niega a desmantelar los misiles que tiene apuntando a Taiwán y si se niega renunciar públicamente al uso de la fuerza contra Taiwán?"
Segunda: "¿Está usted de acuerdo con que el gobierno inicie negociaciones con China continental para promover el establecimiento de un mecanismo de paz y estabilidad para comenzar las interacciones entre los dos lados del Estrecho con miras a alcanzar un consenso bilateral y aumentar el bienestar de los pueblos de ambos lados?"
No está en discusión cómo responderán los ciudadanos de la 14 potencia industrial.
Tampoco podemos dudar de que esto va en el curso de una mayor participación ciudadana, ni del fortalecimiento de un consenso nacional.
Pero haríamos bien en ser un tanto incrédulos respecto de la posibilidad de que reine la armonía entre dos sociedades separadas (y también unidas) por algo más que un estrecho.

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