Macbeth en el rio de la Plata
Las mascaras de Lady Macbeth
Por Eduardo Basz
Todo es apariencia, engaño y oportunidad. La consigna es matar para reinar. Macbeth tiene, siempre, una vigencia y ubicación que nos resulta familiar. Trata sobre el desenfreno de los príncipes en una época de desintegración social, confusión, caos e inversión de los valores. (“Lo feo es bello y feo lo que es bello”).La cosa empieza con una ironía trágica: las profecías de las brujas, “imperfectos oráculos”, que le anticipan un vertiginoso ascenso social; el leal Macbeth las interpela advirtiéndoles que “el llegar a ser rey esta lejos de lo imaginable”.Puede decirse que la tragedia gira alrededor de un eje: la hombría, aunque las brujas son dueñas del escenario y su esposa ocupa un lugar central. Uno de sus núcleos políticos es la diferencia entre gobierno legitimo y usurpado. El grotesco absurdo de esta situación es que la fuerza de las cosas lo empuja a traicionar para terminar con la traición y la deslealtad.
El mapa político del Gran Buenos Aires (porque that is the question) parece una galería de personajes shakesperianos. Cualquiera de ellos podría repetir el lamento de un miembro de la elite cuando dijo: “son tiempos crueles, cuando somos traidores y ni siquiera lo sabemos”. ¿Quien es el traidor?: uno que jura y miente. Así, los condes municipales serán kirchneristas y duhaldistas pero también están los semiduhaldistas en vías de convertirse en cuasikirchneristas, los kirchneristas felipistas, los felipistas exduhaldistas y los ubicuos felipistas siempre preparados para reposicionarse de acuerdo con las circunstancias.(“¿Quien puede ser a un tiempo, sabio, necio, ponderado y furioso, leal e indiferente?. Nadie”).Como diría uno de los hijos del rey Duncan: “el mas cercano en sangre es el mas sanguinario”.
Algún crítico de la obra pudo ver en Macbeth y su esposa a transgresores del orden social establecido. Esta operación se llevaría a cabo a traves del lenguaje. Tal vez, cuando Lady Macbeth le aconseja a su marido: “Para engañar al mundo, toma del mundo la apariencia, pon una bienvenida en tu mirada y en tus manos y lengua, procúrate el inocente aspecto de la flor pero se tu la víbora que oculta”.Después de todo, el protagonismo y la tragedia de Macbeth comienzan con el mismo episodio : el asesinato de su rey, su mentor, su huésped, su pariente.Al decir de Víctor Hugo, “Macbeth representa ese espantoso hambriento que vemos de un extremo a otro de la historia y al que se designa como bandolero si esta en el bosque y cuando esta en el trono, conquistador. Seamos justos: hay un determinado límite en el cual se detendrán. Alejandro, Ciro, Cesar se aplacaran si se les da lo que quieren pero lo que quieren es el mundo. Se aplacaran en el momento de digerir al genero humano”. No hay nada que festejar cuando los fantasmas interrumpen los banquetes. Quizás eso lleve al insaciable Macbeth a concluir que “nada existe más real que la nada”. Una de las características de la tragedia es que se accede a la verdad a través de la mentira y a la Ley después de la usurpación. Finalmente, un Macbeth derrotado dirá: “Extínguete, extínguete fugaz antorcha. La vida no es mas que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se lo oye mas, un cuento narrado por un idiota con gran aparato y nada significa”.Gracias William por estas palabras siempre pertinentes.
ayresdejazz@yahoo.com.ar
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