ayres de jazz

El nombre, de claras resonancias piazzollianas, tiene su sentido. El jazz es, ante todo, libertad, mestizaje cultural y elogio de la diversidad. Ayres de Jazz es un pequeño velero que se desplaza en el oceano ciberespacial guiado por la curiosidad con el anhelo de comprender lo que esta sucediendo. Eso es todo.

Thursday, August 01, 2013

Ciudad del Cabo, 20 años despues



Eduardo Basz



Dos decenios después de la derrota del Apartheid, Ciudad del Cabo (punto de inicio de la colonizacion europea) presenta una geografía urbana transicional. La ruta del aeropuerto a la ciudad es la Rodhes Avenue, mientras una de las autopistas mas importantes es la Nelson Mandela Boulevard.La primera impresión no puede ser mas chocante: en la fila de inmigración para ciudadanos sudafricanos solo hay blancos, altos, rubios, con la barriga prominente característica de los grandes bebedores de cerveza.
Situada sobre una estrecha franja costera, entre dos océanos y la Table Mountain, 3 millones y medio de personas habitan un paisaje urbano exquisito. Tiene el mayor índice mundial de BMW y Audi por metro cuadrado. Todos conducidos por blancos, claro esta. La excepción son los funcionarios gubernamentales. En contraste, los taxistas son africanos o malayos. Extramuros y sobre las dunas, se levanten townships, barrios de lata y cartón propios del Tercer Mundo. En esas pocilgas sobreviven como pueden los cartoneros y la multitud de mendigos de todas las edades que se pegan al cuerpo de los turistas y los siguen durante una cuadra suplicando por algunos rands.En el shopping o en negocios céntricos se puede comprar piel de cebra para usarla como alfombra en el living. Del aeropuerto puede salir cualquier cosa.
Ante todo una aclaración: los sudafricanos tienen una percepción de las cosas muy propia de ellos.Africanos son los negros. El resto son malayos, hindúes, coloured (mestizos) y, por supuesto, la poderosa tribu blanca, escindida en dos etnias enemistadas: los afrikaners (descendientes de los boers) y los ingleses.Hasta hace unos años, estas familias no se mezclaban. Mas todavía: en las librerías, las obras mas exhibidas son las que recuerdan la lucha antiapartheid y la guerra anglo-boer.
Recién en el distrito bohemio de Long street toma cuerpo la visión del país arco iris. Ahí, el legado de Mandela parece una utopía realista: parejas multirraciales de veinteañeros, una emergente clase media africana. En realidad, siempre fue un territorio diferente. Durante los tiempos crueles , había salas de cine que proyectaban películas antirracistas.Otra cosa son las cadenas de hoteles cinco estrellas con gerentes afrikaners y personal subalterno africano o malayo.
Con una iglesia metodista en cada esquina, fue ahí, en Ciudad del Cabo, donde por primera vez nombraron a un africano como arzobispo de la Iglesia Anglicana: Desmond Tutu. Eso le dio cobertura para sus diatribas y arengas dominicales contra la abominacion del Apartheid.Pero fue un paso mas allá. Trajo al tiempo presente uno de los valores mas profundos de la cultura africana:Ubuntu.La concepción de que todos formamos parte de una unidad mayor y que debe prevalecer la cooperación. Hoy día, proliferan todo tipo de instituciones llamadas , con propiedad, Ubuntu: de derechos humanos, de inclusión digital, de derechos de las personas con discapacidad, etc. etc.En términos políticos, la provincia del Cabo es la única gobernada por la posición:la Alianza Democrática, una fuerza multirracial constituida en el 2000.
Los sudafricanos decidieron que la onda light no es para ellos :disfrutan de la carne de búfalo, fuman un cigarrillo tras otro y toman cerveza como si fuera agua. Así como los uruguayos son reconocibles por el mate y el termo debajo del brazo, ellos siempre tienen en la mano una lata de su amada Black Level, una sustancia amarillenta que bien puede aspirar al trono vitalicio de la peor cerveza del mundo.La clave de su popularidad esta en una palabra de fuertes resonancias: black. El movimiento antiapartheid la tomo (en el sentido lato del termino) como su bebida emblemática. En la Robben Island (vieja prisión de máxima seguridad, convertida en museo de la memoria) ahora trabajan y son buenos vecinos, antiguos carceleros afrikaners junto con exprisioneros africanos,transormados todos en apacibles empleados públicos.Parecen haber encontrado su lugar en el mundo, en esta isla hermosa con un pasado cruel.



La ciudad postapartheid tiene dos grandes obras que la definen y que son motivo de orgullo colectivo: el Green Point, estadio de fútbol del mundial del 2010 y el Cape Town Jazz Festival.Levantado cerca de la costa, puede verse desde el mar como un gigantismo del futuro. Diseñado por un superestudio de arquitectos alemanes, tiene una fachada de fibra de vidrio con bordes de teflon. Le dicen “la diva de Ciudad del Cabo”. Hasta el día de hoy, la television hace programas especiales dedicados a la concepción del Green Point.
Iniciado en el 2000, el festival ya es uno de los mas importantes del mapamundi jazzero. Solo suben al escenario los mejores de Sudafrica y del continente, como Jimmy Dludlu,el Joe Pass del afrojazz. Pero también invitan figuras de otras latitudes. Durante la ultima edición, realizada en abril, actuaron Buena Vista Social Club, Jean Luc Ponty .De esta manera, se cierra un circulo. En Ciudad del Cabo, el jazz fue interpretado como un acto de desobediencia civil.Pero ahora, es el sonido de una potencia emergente del Sur Globa.


ayresdejazz@gmail.com

@edbasz

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