ayres de jazz

El nombre, de claras resonancias piazzollianas, tiene su sentido. El jazz es, ante todo, libertad, mestizaje cultural y elogio de la diversidad. Ayres de Jazz es un pequeño velero que se desplaza en el oceano ciberespacial guiado por la curiosidad con el anhelo de comprender lo que esta sucediendo. Eso es todo.

Wednesday, May 17, 2006

Huxley, pensador de la no-violencia


Por Eduardo Basz

Nieto del honorable "perro de Darwin", hermano de un Nobel de biología, padre putativo de la generación de Jim Morrison, Aldous Huxley es muy conocido por sus relatos sobre experiencias visionarias y escritor de antiutopías perturbadoras... Sería bueno tenerlo presente, también, como un pensador de la no-violencia. En una mente privilegiada, donde se encontraban el liberalismo-democrático con el vedanta, podemos hallar advertencias como ésta: "Los buenos fines (tengo que señalarlo a menudo) sólo pueden lograrse usando los medios adecuados. El fin no puede justificar los medios por la sencilla y clara razón que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines".
En uno de sus principales libros de ensayos, escrito en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, llamado justamente "El fin y los medios" advertía que la gente con las así llamadas "ideas avanzadas" se deslizaba con extrema facilidad hacia los medios violentos para conseguir fines superiores. Pero, como diría Huxley, "los resultados de la violencia van siempre mucho más lejos de los sueños más disparatados de los que recurren a ella, muchas veces con buenas intenciones". En contraste, las iniciativas pacíficas son vistas como un acto de ingenuidad política que no llevan a ninguna parte. "Se considera tan frecuentemente que la no-violencia es un recurso poco práctico que sólo pueden emplear hombres y mujeres excepcionales, que es necesario demostrar primero que cuando se emplea esporádicamente y sin sistematización (como hasta ahora), el método da resultados. Y segundo que puede ser empleado por gente común y ocasionalmente hasta por seres que desde el punto de vista de su capacidad profesional son subhumanos como los reyes, los políticos, los diplomáticos y otros representantes de los grupos nacionales". Este tono persuasivo del amable de Huxley era apropiado para el momento en que fue escrito el libro. Pero en los siete decenios posteriores se fueron acumulando procesos y acontecimientos históricos que nos permiten abandonar tanta amabilidad. La no-violencia ya no precisa demostrar su eficacia. Algunos ejemplos: Gandhi con la independencia de la India, Luther King con los derechos civiles para los afroamericanos, Mandela con el fin del apartheid, Vaclev Havel con la "revolución de terciopelo" en Checoslovaquia, la campaña por el no en el Chile pinochetista y nuestro movimiento por los derechos humanos. El problema es la ausencia de un discurso político-cultural de la no-violencia, una visión constructiva de los conflictos.
Sucede que se fue creando una "tradición de la violencia y los hombres aceptan escalas de valores de acuerdo con las cuales los actos de violencia se conceptúan como hechos heroicos o virtuosos". Convertirse en protagonista de la acción violenta da una ilusión de poder, de protagonismo público, difícil de resistir.
La visión de Huxley era que estas iniciativas también podían alcanzar a los sectores más inesperados. "Como todos los instrumentos, las fuerzas modernas de la policía pueden emplearse bien o mal. Policías que hubieran sido adiestrados en la no-violencia podrían emplear métodos modernos para anticiparse a los estallidos de violencia, para evitar que se realicen hostilidades en potencia, para crear la cooperación". Tal vez, estas ideas nos resulten imposibles (utopistas, futuristas, naif), pero es así porque nos acostumbramos a lo dado.

ayresdejazz@gmail.com



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