ayres de jazz

El nombre, de claras resonancias piazzollianas, tiene su sentido. El jazz es, ante todo, libertad, mestizaje cultural y elogio de la diversidad. Ayres de Jazz es un pequeño velero que se desplaza en el oceano ciberespacial guiado por la curiosidad con el anhelo de comprender lo que esta sucediendo. Eso es todo.

Saturday, May 13, 2006

Quebracho, el militantismo termocefalico




Por Eduardo Basz

Una potente anglofobia (que ellos llaman antimperialismo) puede provocar desplazamientos hacia los territorios más sorprendentes. Constantemente, hablan de Ellos y Nosotros como si fueran protagonistas de ‘El Eternauta’. Por su calculada teatralidad callejera e inteligencia para planificar confrontaciones de alto impacto televisivo, la agrupación ‘Quebracho’ es una creación propia de estos tiempos. Se los podrá cuestionar por mesiánicos o soñadores de lo absoluto, pero este liderazgo carismático está mejor dotado de lo que pudiera parecer a primera vista.

Desde su fundación, en el último decenio, ha tenido una expansión constante. ¿Las claves?: militantismo infatigable, combinado con una gran capacidad para la comunicación visual (son la versión revolucionaria de las iglesias pentecostales). Algunos ejemplos: en la presentación de su página web no hay una sola palabra, sino una sucesión de fotografías donde aparecen los ‘quebrachos’ en su actividad predilecta: el combate callejero. Con las caras tapadas, muchas veces con turbantes árabes, su fascinación por los palos y las piedras nos hacen dudar de si éstas escenas pertenecen al Gran Buenos Aires, Córdoba, Neuquén o la Franja de Gaza. Sí, parecen una brigada juvenil de Al-Fataj, por lo menos tal como las trasmite CNN. Estos devotos de Santucho, el Che y las FARC no están jugando a la guerrilla sino a la Intifada. Otro ejemplo: acusan a los diferentes gobiernos de haber convertido “al pueblo argentino en una multitud de ‘refugiados’, de indigentes”. Conste que son los únicos en hacer esa comparación: de los desocupados y los excluidos como ‘refugiados’.Anti israelismoComo en tantas otras cosas, el suyo es un anti israelismo sin atenuantes ni matices. El caso más contundente fue su actitud ante la AMIA.”En agosto de 1994, publicamos en ‘Quebracho, prensa nacional Nro. 2 una nota donde fijábamos nuestra posición ante el atentado a la AMIA, sucedido unos días antes. Mientras los partidos políticos, el gobierno, los medios de comunicación y algunos organismos de derechos humanos competían entre sí para ver quién utilizaba adjetivos más dramáticos y tremebundos para calificar el atentado, nuestra posición daba cuenta del hecho ineludible de que la explosión de la AMIA era una parte más de una guerra entre el Estado Racista, Terrorista, Usurpador y Proimperialista de Israel y el Pueblo Árabe”. En aquel momento no eran muy conocidos, así que nadie se enteró de semejante declaración. Pero en 1996, consideraron apropiado volver a publicarla en su boletín, para que nadie se confundiera con los muchachos. Cuestionan a los que condenaron el atentado “horrorizándose del fundamentalismo árabe, cuando en realidad no se trata de fanatismo ni de irracionalidad sino de una reacción dentro de una lógica de una guerra generada a partir de la creación del Estado Terrorista de Israel”. Que un nacionalismo de izquierda perciba al conflicto del Medio Oriente en términos del combate de la Luz contra las Tinieblas no tienen nada de nuevo. Pero una de las cosas que más llama la atención es que hayan pasado por alto la conexión local. SuspicaciasDesde el comienzo, los líderes de ‘Quebracho’ se las ingeniaron para generar todo tipo de suspicacias. Hasta parecen disfrutarlo. En un documento de 1995 llamado “Hacia dónde vamos”, hacían referencia a este efecto de rechazo. “Que en los ´90 haya aparecido una organización como la nuestra resulta novedoso para algunos, ‘sospechoso’ para otros y es algo insignificante para otros tantos”. El escenario elegido para presentarse en sociedad también dice mucho sobre el grupo: la marcha número 100 de los jubilados de Norma Pla, en mayo de 1994. Esta dirigente revolucionaria de la tercera edad, combinaba acciones callejeras de fuerte resonancia mediática con un discurso nacionalista que la llevó a aliarse con Rico y su gente. Hasta el día de hoy, los ‘quebrachos’ hablan con orgullo de su relación con Norma Pla. Sería una guarangada decir que los ‘quebracho’ y los ‘carapintadas’ son lo mismo. Pero tanto unos como otros están conformados por un nacionalismo anglófono, una visión demoníaca de la historia, un voluntarismo autoritario y una grandiosidad salvacionista. Permanentemente, hablan de “los electoralistas”, “ los vendepatrias”, “la gobernabilidad colonial” y, claro, de los “cipayos”. Suelen criticar a los “progresistas”, los “reformistas”, a la “izquierda desarmada” con sus “tesis pacifistas”. Pero nunca dirán nada contra la derecha nacionalista. ¿Eso es todo?: en un artículo titulado ‘Cibercipayos’, comentan que “tras la derrota de los carapintadas se avanzó notablemente en los objetivos imperialistas. Las diezmadas FF. AA. están siendo captadas, una vez más, por la estrategia del Imperio, sin que por ahora se visualice ninguna resistencia interna”.Un híbrido políticoEl Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho tiene como emblema la bandera nacional con dos estrellas: una roja de cinco puntas y otra colorada (punzó, federal) de siete. De esta manera aparece representada su condición de “hijos políticos” de los Montoneros y el PRT-ERP. Dicho en otros términos: estamos en presencia de un híbrido originado en “las distintas vertientes del movimiento revolucionario argentino, principalmente el nacionalismo revolucionario, la izquierda revolucionaria y el cristianismo de liberación”. Aunque dicen utilizar el método del materialismo histórico para analizar la realidad y estar organizados según los principios del centralismo democrático, eluden toda definición de izquierda. En esto aparece la impronta del revisionismo histórico. “La izquierda argentina fue hegemonizada por organizaciones reformistas y reaccionarias que poco bien le hicieron y generaron en las masas la idea de que izquierda es igual a estudiantes gorilas”. Un rasgo muy peculiar de ‘Quebracho’ es la ausencia de un programa. Según parece no lo necesitan. Simplemente, “no tiene importancia en sí mismo”. Más aún: critican a las “organizaciones que hacen fetichismo de esa hoja de papel y de las palabras allí estampadas”. Parece el desdén habitual de los hombres de acción hacia los así llamados intelectuales de café. “Lo principal es la práctica, no lo declamativo”. En el desprecio del valor de la palabra esta la verdad de estas cabezas calenturientas.
ayresdejazz@yahoo.com.ar

















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