El fatalismo biologico, nucleo duro del discurso del estigma
Eduardo Basz
La lucha contra el estigma de las
personas psicodiferentes forma parte de la nueva agenda de derechos
humanos.Marca visual que señala una diferencia abominable, la
cuestion del estigma es, ante todo, una accion discursiva que avala
la crueldad contra un sujeto declarado no-persona. Aunque la
discriminacion por cuestiones psicosociales es una practica milenaria
y universal, en los tiempos modernos fue justificada por los demonios
de la razon positivista. El laboratorio antropometrico (colección y
medicion de craneos) junto con la ideologia alemana de la
“degeneracion” tenian el sentido politico de identificar al
“criminal nato” por sus rasgos. Muy pronto, esta inquietud se
extendio hacia otras figuras que no encajaban: el loco, la
prostituta, el anarquista, inclusive el hombre de genio. Cesare
Lombroso, el autor del dogma, lo establecio con una claridad brutal.
“Todo individuo que presente estos estigmas es un resurgimiento del
hombre primitivo, un salvaje entre los civilizados, o sea una especie
de hibrido, medio hombre medio bestia en el que algunos trazos
regresivos lo remontaban al lejano y sombrio pasado de epocas oscuras
y salvajes. Son una amenaza para la civilizacion y deben ser
encerrados de por vida”. Aun asi, Lombroso no fue el unico ni
siquiera el peor sino el miembro mas talentoso de su generacion. Hizo
y escribio lo que los principes decimononicos reclamaban.
Deliberadamente, los medicos del
sistema carcelario borraron las fronteras preexistentes. (“Entre el
crimen y el delito no existe sino una diferencia de grado”). De
esta manera, la medicina mental fue establecida como una tecnica de
control social para enfrentar los conflictos. El manicomio ,con sus
practicas de segregacion, reclusion y externacion, funciona como un
ente regulador de las masas excluidas. Desde el comienzo se ha dicho
que “todo hospicio bien ordenado debe tener un centro general de
autoridad que decide sin apelacion (….) y es el arte de dominar a
los hombres”.Las cadenas del antiguo regimen han sido reemplazadas
por un chaleco de fuerza social y juridico. Catalogado como una
amenaza para la civilizacion y como un niño a la vez, el “loco”
sera sometido a la tutela moral del medico que tambien tendra
atribuciones policiales y judiciales. Debera aceptar asistencia
(aunque no la haya solicitado) bajo la condicion de no considerarla
un derecho. Asi quedara establecida una relacion tutelar comparable
con un estatuto de minoridad juridica. El sentido de excluir a las
personas con problemas psicosociales de los hospitales publicos e
introducirlos en el universo concentracionario de los manicomios
responde a un imperativo social:su figura aparece vinculada con la
indisciplina y la vagancia.
Al quedar unida la “locura” con
el crimen, el sistema social pasa a ser percibido como un organismo
atacado por una enfermedad contagiosa. En este juego transformista,
el principe queda habilitado para operar sobre el cuerpo social,
ejecutando (en situaciones de crisis) tecnicas anticonvulsionantes:
shock, estabilizacion, enfriamiento, aislamiento. En compensacion con
esta funcion mitica del gobernante como garante de la higiene
publica, el estamento psiquiatrico participara de la organización
del Estado, la legislacion, la educacion universitaria, incluso de la
formacion de la opinion publica por medio de diarios y libros. Del
encuentro con la criminologia, la “locura” no saldra ilesa. Habra
adquirido una nueva cualidad: la peligrosidad. Ya no estara sujeta a
la descripcion de sus actos sino a una locura potencial, implicita,
tal vez explosiva. El medico debera anticipar conductas posibles.La
burocracia psiquiatrica pasa a ocupar un lugar prominente en la
jerarquia social, junto con figuras establecidas como militares,
sacerdotes, jueces. El medico (especificamente, el “medico del
espiritu”) se convierte en un tecnocrata de la higiene
publica,vinculado con la elite de poder. La eficacia de esta practica
radica en el maniqueismo de lo normal y lo patologico.Hoy dia,
podemos encontrar la huella lombrosiana en las carceles y los
manicomios. Pero tambien en la antiutopia no siempre explicitada del
modelo medico : un mundo
homogeneo, plano, previsible,mediocre.
No se pueden subestimar las
implicancias politicas de “la guerra al delito” ni de la practica
del encierro de las personas psicodiferentes. Antes de dedicarse a
estudiar a los criminales, los “locos”, los anomalos como “un
objeto de la historia natural”, Lombroso escribio sobre un tema sin
relacion aparente:”Las diferencias entre el hombre blanco con el de
color”. Ahi queda registrado como en su matriz discursiva esta el
estigma mas arcaico de todos : el racismo.”Solo nosotros, los
blancos, hemos rozado la mas perfecta simetria en la forma del
cuerpo. Solo nosotros con la amplia escritura alfabetica y las
inflexiones del idioma proporcionamos al pensamiento de una mas
amplia y comoda apariencia que podemos ser capaces de defender y
eternizar en monumentos, libros y prensa. Solo nosotros poseemos un
arte musical de verdad”. Una disgrecion: antes de ser la carcel de
maxima seguridad del Apartheid, la Robben Island fue durante cien
años (1846-1931) un hospicio para “leprosos y lunaticos”.En
pocos sitios, pueden observarse con tanta nitidez las diferentes
facetas de la maquinaria de segregacion y de encierro. Durante la
generacion del '80, un psiquiatra argentino propuso “la castracion
de los degenerados para la defensa de la raza”.Tambien habia una
iniciativa de despachar a los anarquistas mas violentos hacia las
colonias penales de Nueva Guinea.Pero quienes ingresaron en ese
movimiento por el lado de la epilepsia y de la histeria debian ser
encerrados en manicomios criminales.Un psiquiatra amigo del general
Uriburu pretendio establecer un axioma de fuertes resonancias
lombrosianas:”cuanto mas civilizado es un pais, menos alienados
deja en libertad”.Las estadisticas de personas encerradas en
manicomios debian interpretarse como un indicador del progreso. Desde
esta logica represiva, convoco a una cruzada para detectar a los
“locos” mas peligrosos. “los desequilibrados e inferiores que
no han perdido la razon”. Esta ideologia manicomial tomo forma en
los Congresos de Antropologia Forense de fines del siglo XIX.Solo
asistian hombres del palacio: aristocratas, ministros, funcionarios,
jefes de policia, directores de carceles y manicomios, jueces y
psiquiatras.
Seria tranquilizador suponer que el
engendro lombrosiano pertenece a un pasado lejano y sepultado.No es
asi.Hacia el 2009 fue reabierto el Museo de Antropologia Criminal de
la Universidad de Turin, fundado por el propio Lombroso en 1876 y
clausurado en 1948 por la nueva republica laica y parlamentaria
basada en el trabajo.Ademas de la cuestion simbolica, quedaron en
exhibicion mas de 900 craneos y esqueletos correspondientes a
“hombres atavicos”. La Municipalidad de Turin promovio esta
iniciativa con el proposito de aumentar la oferta turistica de la
ciudad.No se percataron de que tambien reabrian las viejas heridas
de la unificacion italiana.Lombroso esta considerado un enemigo
historico del sur.Ni bien se graduo de medico lo primero que hizo fue
alistarse en el Cuerpo de Sanidad Militar e intervenir en la campaña
del ejercito para restablecer el orden en Calabria, donde los
campesinos pobres se habian sublevado contra el poder central. Es el
punto de inicio de sus “estudios criminologicos”.Los primeros
cuerpos de sus experimentos fueron de campesinos del sur italiano:
lexico, indumentaria, comportamiento, aspecto fisico, mediciones
craneanas. Ahi esta el origen de todo lo que vino despues. En “Mi
Museo Criminal”, Lombroso escribio:”El primer nucleo de la
colección fue formado por el ejercito, en los años en que me
desempeñe como medico militar, de 1859 a 1866(...) esta colección
fue creciendo en los 20 años que fui medico de la carcel de Turin,
donde pude recoger gran cantidad de piezas (...)finalmente, en 1899
amplie la Sala del Museo de Psiquiatria Criminal , con el nuevo
Laboratorio de Biologia de la Universidad de Turin”. Seguramente,
Voltaire y Diderot se hubieran hecho un festin con senejante
personaje.
En respuesta al “museo del horror”
fue constituido, en forma inmediata, un movimiento ciudadano
(Comitato No Lombroso) que reclama el cierre definitivo, la sepultura
de los restos humanos y el cambio de nombre de una calle en la ciudad
de Milan que todavia le rinde tributo: la via Lombroso. Con el
respaldo de 150 municipios, el movimiento No Lombroso llevo el caso a
los tribunales y recientemente obtuvo una victoria judicial: una
condena en primera instancia en suspenso contra la Universidad de
Turin.
La situacion del Museo Lombroso pone
en la escena del juego social, la cuestion de la memoria y de los
derechos asi como el carácter del discurso del estigma, en tanto
punto de encaje de lo carcelario con lo manicomial,
del militarismo con el racismo.
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